octubre 17, 2010

¿Quién soy?

Todo empezó un día, como dice Vallejo, en que dios estuvo enfermo, ya de eso, veintiún años atrás, el nacer empezando la primavera quizás forjó en mí esa alegría y desenfreno que me caracteriza, o será quizás el hecho de tener ascendencia amazónica, sangre llena de misticismo que recorre mis venas.

Mi infancia se paso tranquila, guardo recuerdos memorables de aquellos tiempos, en que la inocencia cegaba cualquier indicio del mundo real. Niño de los que acude a misa cada domingo, prospecto de monaguillo que más tarde levantaría el puño hacia el mismo dios, que años atrás, adoró.

En esos mismos años, nació mi pasión por la historia y la literatura, llegando a tal punto de ser una necesidad, que satisfacía con libros de secundaria, estando aún en los primeros años de primaria. Ahí pude sentirme, como un caballero andante, vagando entre historias antiguas, descubriendo mundos que me parecían inalcanzables.

El despertar de mi espíritu revolucionario no aparecería sino hasta que repita el año escolar en secundaria, inconveniente del cual no me arrepiento, pues hizo cambiar el rumbo de mi vida, conocí el rock, conocí a muchos personajes que han marcado mi vida, paso a paso desde ese entonces, no solo a los que admiro, sino también, personas cercanas a mi, con los cuales camino por la vida.

Mi pasión por la música, es tan grande, que me lleva a apreciar desde primitivos ritmos andinos hasta elaborados solos de guitarras eléctricas, sin duda la música, es la catarsis que me permite combatir a mis propios demonios. De todas esas pasiones, la más grande, es el rock, cada que escucho la psicodélia de los sesenta, la rebeldía de los setenta y la potencia de los ochenta, mi alma hecha a volar, me transformo, solo puedo sentir las vibraciones que provoca cada acorde proveniente de los parlantes.

Mi mayor temor es la muerte, no puedo evitar temerle, aunque a veces es una idea que me atrae debido al misterio que rodea a la culminación de la vida. He pasado por dos pérdidas muy importantes, que me llenaron de un gran vacío que casi logran extinguirme a mi mismo, que me hizo caer en hoyos oscuros en los cuales casi quedo preso, quizás por eso es que me aterra la idea de desaparecer de este mundo.

Siempre me dicen que soy demasiado idealista, pero es por la idea de cambiar el mundo, quizás soy muy iluso en ello, pensar que el mundo puede manejarse por algo más que solo el dinero. Pensar que el respeto por la misma tierra en donde vivimos se ha mermado me hace pensar que nos condenamos a nuestra propia destrucción, pero aún guardo esperanzas en que todo ello puede cambiar, incluso siento el deber de iniciar yo mismo una revolución, si de ello dependiera la transformación.

Aún espero poder realizar mi viaje por el Perú, que será un preámbulo para dar mi viaje latinoamericano, siguiendo los pasos de Ernesto Guevara, y poder sentir el mundo, vivir las diversas situaciones, que me ilustrarán en mi camino para aportar a un mundo mejor.

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