diciembre 20, 2010

Río abajo en Bolivia

Relato ficticio, que nació luego de ver la película "Che: Guerilla" y de un sueño noches después:

Han pasado once meses desde que nos internamos en esta zona montañosa y selvática de Bolivia, de todos los compañeros que éramos solo quedamos diecisiete, en comandante Ramón a pesar de eso espera que nos lleguen refuerzos, el ejército boliviano nos sigue de cerca, al parecer toda esperanza de revolución se ha disuelto en el aire. El comandante Ramón no es otro que Ernesto Guevara, acá tuvimos que llamarlo Ramón para que el gobierno boliviano no se entere de su presencia.

Yo soy uno de los tres peruanos que vino a apoyar la causa revolucionaria y el único de los tres que aún sigue con vida, al parecer los yanquis han enviado gente de la CIA a Bolivia para poder exterminarnos, es mejor movernos y avanzar antes que dejarnos capturar.

La zona en la cual estamos refugiados ya no es segura y por ese estamos yendo río abajo, este lugar se llama Quebrada del Yuro. Mientras caminamos, se oye a lo lejos voces que parecen ser de los soldados que nos persiguen.

-          Chino, sube a esa colina y ve si nos siguen –le digo a uno de mis compañeros.
-          Anda y ten cuidado que te vean –le dice Ramón.

El Chino recién esta subiendo la colina y ha comenzado a caer una ráfaga de balas sobre nosotros.

-          ¡Chino baja rápido! – grita Ramón
-          ¡Viva el ejército de liberación nacional! –grita el Chino mientras baja corriendo.
-          ¡Carajo, van a morir! –no grita el soldado que parece estar al mando de los bolivianos.

Estamos en combate ahora, las balas de uno a otro bando viajan cortando el aire. Urbano, otro compañero, ha caído muerte a pocos metros de la roca donde me escondo del ataque enemigo. Han pasado casi dos horas desde que iniciamos la batalla, poco a poco hemos podido retroceder, lo agreste de la zona nos esta facilitando la huída, hemos generado tantas bajas enemigas que logramos dejarlos atrás. Ahora estamos reunidos los quince sobrevivientes, a la margen derecha de un río.

-          Tenemos dos heridos –nos dice Ramón mientras señala a Ñato y Pombo- dos más que los ayuden a caminar que avancen, los demás trataremos de hacer queda a los militares.
-          Tú ayuda al Pombo y yo llevaré a Ñato -me ordena Benigno.

Yo hago pasar el brazo de Pombo por encima de mis hombros y lo ayudo a pararse, él tiene una bala incrustada en la pierna derecha, avanzo unos treinta pasos y Ramón junto a los demás guerrilleros van al encuentro de los soldados, yo los estoy viendo a lo lejos, sabiendo que quizás nunca más cruzaré con ellos palabra alguna.

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