Hay innumerables platos típicos peruanos, desde la costa hasta la selva, desde los más simples hasta los que demora horas en tener preparado. Hay unos platos que tienen siglos de historia y otros que se han ideado en los últimos años.

¿A qué se debe ese nombre?, algunos dicen que es en homenaje a la capital de Junín, a Huancayo, debido a su producción de papa, que era de donde se traía hacia Lima; otros dicen que debido al ferrocarril central, durante su construcción los obreros se alimentaban con esa comida debido a que la papa era indispensable para brindarles la fuerza necesaria para tan ardua labor.
Entonces, ¿La Papa a la huancaína es de Lima o Huancayo?, ¿por qué no podría ser de las dos ciudades?, quizás un limeñito de antaño se haya enamorado de una mujer de Huancayo, que preparaba ese suculento plato para deleite afortunado del hombre y que éste, inspirado por la deliciosa sensación de la crema en su paladar, haya dicho: “Que rica esta papa, con la crema que prepara la huancaína”. Esta es quizás una utópica versión de cómo sucedieron en realidad las cosas, pero digamos que nada sería más sublime que esa versión.

Esa es mi historia con mi plato favorito, con la Papa a la Huancaína , ese plato tan común pero a la vez tan rico, ese plato que probablemente nadie ha dejado de probar, y que digan lo que digan, parece más que una entrada.
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